JUVENTUD RADICAL DE CHILE
¿Cuál es el propósito de la JR dentro del PRSD? Cómo institución, la JR tiene sus fines propios, dados por su propia naturaleza juvenil, como es el hecho de recoger la inquietud de los jóvenes radicales, transmitirlas al interior del Partido, como asimismo, a la sociedad civil. Hacer eco de los problemas que atañen a la juventud. Configurar las generaciones de recambio del PRSD, así como el velar por la correcta formación política de los distintos cuadros. Influir e incluir el ideario radical en las organizaciones estudiantiles y en todas aquellas esferas de competencia natural por parte de la Juventud. Mantener actualizado al Partido en la problemáticas de contingencia, que por la distancia generacional, se puedan producir. Todo eso y mucho más, es el rol que juega la JR dentro del PRSD, y no obstante, tenemos carencias que no nos ha permitido cumplir cabalmente lo que nos es propio.
Ahora bien, al hacer un diagnóstico acabado, tanto de la JR como de los distintos frentes del radicalismo, nos damos cuenta que existen problemas y deficiencias que son comunes a todos ellos, pero también aquellos que son exclusivos de alguno de ellos. La pregunta entonces es: ¿Cuál es el rol de la JR cuando los problemas no le son de su competencia natural? O en otras palabras, ¿Cuándo el frente adulto, por ejemplo, del radicalismo no da el ancho, ni genera una propuesta seria frente a la sociedad, cuál es nuestro rol como Juventud? Antes de continuar y determinar cuál es nuestro verdadero papel en el radicalismo, analicemos lo siguiente y realicemos un somero diagnóstico de nuestro actual estado como Partido Político:
Desde la reestructuración del Radicalismo a fines de los 80’ hasta la fecha, ya han pasado casi 20 años. Durante todo este tiempo el posicionamiento en el país por parte del PRSD no ha cambiado sustancialmente y seguimos estancados en el 4% aproximadamente de la intención de votos a nivel popular. ¿Por qué ha ocurrido esto?
Tenemos que entender que como Partido Político tenemos el deber de generar políticas públicas y una propuesta seria de gobierno al país. Ser, en definitiva, una real alternativa de cambio y proponer cosas claras que representen nuestro ideario. En otras palabras, la vocación de poder nos es inherente como institución, y para lograr nuestros fines efectivamente tenemos que superar el 4%, crecer e incluso, aspirar a ser mayoría, sin que aquello signifique una desnaturalización en nuestros principios cuando levantamos la defensa del pluralismo y el multipartidismo. Una vez entendido esto, tenemos que analizar cuáles ha sido nuestras deficiencias que no nos ha permitido despegar de éste 4%.
Ahora bien, al hacer un diagnóstico acabado, tanto de la JR como de los distintos frentes del radicalismo, nos damos cuenta que existen problemas y deficiencias que son comunes a todos ellos, pero también aquellos que son exclusivos de alguno de ellos. La pregunta entonces es: ¿Cuál es el rol de la JR cuando los problemas no le son de su competencia natural? O en otras palabras, ¿Cuándo el frente adulto, por ejemplo, del radicalismo no da el ancho, ni genera una propuesta seria frente a la sociedad, cuál es nuestro rol como Juventud? Antes de continuar y determinar cuál es nuestro verdadero papel en el radicalismo, analicemos lo siguiente y realicemos un somero diagnóstico de nuestro actual estado como Partido Político:
Desde la reestructuración del Radicalismo a fines de los 80’ hasta la fecha, ya han pasado casi 20 años. Durante todo este tiempo el posicionamiento en el país por parte del PRSD no ha cambiado sustancialmente y seguimos estancados en el 4% aproximadamente de la intención de votos a nivel popular. ¿Por qué ha ocurrido esto?
Tenemos que entender que como Partido Político tenemos el deber de generar políticas públicas y una propuesta seria de gobierno al país. Ser, en definitiva, una real alternativa de cambio y proponer cosas claras que representen nuestro ideario. En otras palabras, la vocación de poder nos es inherente como institución, y para lograr nuestros fines efectivamente tenemos que superar el 4%, crecer e incluso, aspirar a ser mayoría, sin que aquello signifique una desnaturalización en nuestros principios cuando levantamos la defensa del pluralismo y el multipartidismo. Una vez entendido esto, tenemos que analizar cuáles ha sido nuestras deficiencias que no nos ha permitido despegar de éste 4%.